asesoramiento de imagen personal

La observación: El pilar fundamental para un buen asesoramiento de imagen personal

En el mundo del asesoramiento de imagen personal, muchas personas piensan que se trata únicamente de moda, colores y tendencias. Sin embargo, el proceso es mucho más profundo y uno de los elementos clave para lograr resultados verdaderamente personalizados es la capacidad de observación.

La observación es el principal pilar para un buen asesoramiento personal porque permite entender no solo la apariencia externa, sino también la personalidad, las necesidades y los objetivos de cada uno. En este artículo, exploraremos cómo la observación se convierte en la piedra angular para ofrecer un servicio de asesoramiento de imagen que realmente transforme vidas.

¿Qué es la observación en el asesoramiento de imagen?

La observación, en el contexto del asesoramiento de imagen personal, no se limita a la simple visión de lo que alguien lleva puesto oa su apariencia física. Implica un proceso activo de escucha y atención a detalles sutiles, como el lenguaje corporal, la forma de comunicarse, la postura y la actitud. Por otro lado, también incluye la capacidad de captar los rasgos característicos de la personalidad de una persona y sus preferencias estéticas, así como sus objetivos personales y profesionales.

Cuando un asesor o asesora de imagen comienza a trabajar con un cliente, es imprescindible tener una mirada abierta y empática para poder entender quién es realmente esa persona. La clave no está en imponer tendencias, sino en identificar aquellos elementos que mejor se alinean con la esencia del cliente. Esto solo es posible con una observación atenta y profunda.

La importancia de la primera impresión

La primera reunión con un cliente es crucial para un asesor o asesora de imagen personal. Esta es la oportunidad para formar una primera impresión, pero también para empezar a comprender los aspectos más importantes sobre la persona. Aquí es donde entra en juego la observación.

Un buen asesor no solo se fija en la ropa que lleva el cliente, sino también en su forma de moverse, hablar y comportarse. ¿Cómo se proyecta? ¿Es tímido o extrovertido? ¿Está cómodo con su imagen actual o se siente inseguro? Todo esto se puede captar a través de la observación esmerada.

Cada detalle cuenta, desde la entonación de la voz hasta la forma de cruzar las piernas. A través de la observación, podemos recabar información esencial para ofrecer un asesoramiento que vaya más allá de la apariencia superficial y que aporte valor real.

Escucha activa:

Una parte fundamental de la observación no es solo visual. Una de las partes más importantes del proceso es escuchar activamente. Muchos clientes comparten información sobre sus vidas, sus necesidades y sus inseguridades. En este momento, es fundamental prestar atención a cada palabra y cómo la dicen.

Cuando un cliente habla de sus experiencias personales o profesionales, a menudo está dando pistas sobre el tipo de imagen que desea proyectar. Quizás quiere sentirse más seguro en entornos sociales, o quizás está buscando una imagen más profesional para avanzar en su carrera. Estas necesidades pueden descifrarse si somos capaces de escuchar activamente y observar cómo el cliente habla de sus experiencias.

Además, la escucha activa permite establecer una relación de confianza con el cliente. Cuando una persona siente que está siendo escuchada y comprendida, es más probable que se abra y comparta más detalles sobre sus necesidades y deseos. Esto nos proporciona valiosa información para ofrecer un asesoramiento personalizado y efectivo.

Identificación de patrones

A medida que avancemos en el proceso de asesoramiento, un buen asesor de imagen debe ir identificando patrones. Esto puede ser una preferencia por ciertos colores, tejidos o estilos que se repiten a lo largo de los encuentros. A través de la observación continua, podemos detectar estos patrones y comprender mejor lo que hace sentir cómodo al cliente y lo que no.

Por ejemplo, si observamos que un cliente siempre elige ropa cómoda, sin demasiados accesorios o decoración, podemos entender que quizás prefiere un estilo más sencillo y funcional. Por otro lado, si otro cliente muestra una inclinación hacia piezas más atrevidas y accesorios llamativos, quizás estamos ante alguien que quiere expresarse a través de su apariencia de forma más creativa e informal.

Los patrones de estilo son solo una parte de lo que podemos observar. También podemos identificar patrones en el comportamiento o en la forma en que el cliente interactúa con los demás. Este tipo de observaciones nos pueden ayudar a realizar recomendaciones más acertadas y ajustadas a la realidad del cliente.

La relación entre observación y personalización

El valor añadido de un buen asesoramiento de imagen reside en su capacidad de ser altamente personalizado. Aquí es donde la observación juega un papel crucial. Cuando somos capaces de entender realmente las necesidades y deseos del cliente, podemos ofrecerle recomendaciones que se ajustan perfectamente a su personalidad y estilo de vida.

En lugar de aplicar tendencias generales o reglas estándar de moda, la observación permite adaptar nuestras recomendaciones a cada individuo. Esto incluye no solo sugerir prendas que favorezcan su tipo de cuerpo, sino también ofrecer consejos sobre colores, tejidos y accesorios que se ajusten a sus gustos personales y al mensaje que quieren transmitir.

Además, a través de la observación continua podemos detectar si un cliente está evolucionando en su estilo o si sus necesidades cambian con el tiempo. Este es otro aspecto clave de un buen asesoramiento: la capacidad de adaptarse y ajustar las recomendaciones a medida que la vida del cliente cambia.

La observación en la elección del vestuario

Cuando recomendamos un vestuario para un cliente, la observación nos ayuda a hacerlo de forma más consciente y reflexiva. Por ejemplo, en una sesión de análisis de color, podemos observar cómo diferentes tonos afectan a la imagen general del cliente. No se trata solo de elegir un color que «le quede bien», sino de seleccionar aquellos colores que realmente reflejen su personalidad y el mensaje que desea proyectar.

Además, la observación de su estilo de vida es igualmente importante. No tiene sentido recomendarle ropa de alta costura a alguien que tiene un estilo de vida activo y necesita prendas funcionales. Por tanto, la observación no solo se limita a la apariencia física, sino que engloba todo el contexto de la vida del cliente, lo que nos permite hacer recomendaciones que sean realmente prácticas y útiles.

En suma, la observación es el pilar fundamental para un buen asesoramiento de imagen personal.

Sin esa habilidad clave, no podemos entender plenamente las necesidades, deseos y preferencias de nuestros clientes. A través de una observación atenta, escucha activa e identificación de patrones, podemos ofrecerle un asesoramiento altamente personalizado que realmente transforme la apariencia y la confianza de nuestros clientes.

El asesoramiento de imagen personal no se trata simplemente de seguir las tendencias de moda, sino de comprender profundamente a la persona que tenemos delante. Gracias a la observación, podemos ayudar a nuestros clientes a descubrir la mejor versión de sí mismos, tanto a nivel visual como personal. Esto hace que nuestro trabajo como asesores de imagen sea tan valioso y transformador.

Si necesitas un asesoramiento personalizado que vaya más allá de la apariencia superficial, contacta con Sal de Mar. Estaré encantada de acompañarte en este viaje a tu mejor versión.

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